La leucemia linfática crónica supone un aumento del número de glóbulos blancos que provoca el debilitamiento progresivo del sistema inmunitario. A pesar de ser uno de los tipos de leucemia más frecuentes en los países occidentales, se desconocen las causas que la provocan. Y el hecho de que se presente con una gran variedad de síntomas y de maneras de desarrollarse no ayuda a los investigadores en su lucha contra estos tipos de cáncer.
Al haberse detectado la existencia de mutaciones genéticas en pacientes con leucemia, los grupos de Elías Campo y Carlos López-Otín se pusieron, como participantes del Proyecto Genoma del Cáncer, a secuenciar el genoma completo de 4 pacientes con leucemia linfocítica crónica en busca de cambios que pudieran indicarles la causa de la enfermedad. Aunque las técnicas actuales facilitan enormemente este tipo de trabajos, existe una dificultad que no se puede evitar: en un tumor hay también células normales. Por lo general, la cantidad de ADN tumoral que se encuentran los médicos en las muestras que obtienen de los pacientes es menor del 50%, lo que dificulta enormemente cualquier tipo de análisis que quieran hacer.
A pesar de ello, fueron capaces de detectar hasta 46 nuevas mutaciones que nunca antes se habían relacionado con las leucemias. De ahí que decidieran comprobar si estas nuevas mutaciones se daban en otros pacientes. Para ello analizaron las secuencias genéticas de 363 enfermos, gracias a los cuales pudieron corroborar que mutaciones en cuatro genes distintos condicionan tanto el inicio como la evolución de este tipo de leucemias.
CERN ATRAPO POR PRIMERA VEZ UNA PARTICULA DE ANTIMATERIA
Según la teoría, tras el big bang se creó una cantidad igual de materia que de antimateria en el universo. Sin embargo, la antimateria está casi ausente en nuestro mundo y es básicamente un misterio.
Moléculas de antihidrógeno habían sido creadas antes en laboratorios (en 2002 en el mismo CERN), pero esos átomos existieron tan sólo por un par de microsegundos, ya que cuando una antimolécula se junta con una molécula normal, ambas se aniquilan en un estallido de rayos gamma.La capacidad de atrapar una antimolécula podría permitir una serie de experimentos respecto a la antimateria, que podrían explicar por qué no vemos la antimateria más seguido en el mundo que habitamos.
Esa investigación, por su parte, podría revolucionar la física moderna. Si se descubre que la antimateria es diferente a lo que la teoría dicta, podría llegar a desafiar al modelo estándar.
Para crear un antihidrógeno y evitar que se aniquilara inmediatamente, los científicos enfriaron antiprotones y los comprimieron en una pequeña nube. Luego juntaron estos antiprotones fríos con una nube similar de positrones, causando que ambos tipos de partículas se unieran creando un antihidrógeno.
Todo esto sucedió dentro de un contenedor magnético que mantiene aislados a los átomos de antihidrógeno. Esta trampa magnética usa unos súper magnetos que evitan que los átomos se dispersen hacia los bordes del contenedor, que están hechos de materia normal y aniquilarían la antimateria si llegasen a tocarse.
El CERN ha logrado que los antihidrógenos existan por poco más de un décimo de segundo, y aunque suena a muy poco tiempo, es mucho más de lo que se podía hacer hasta ahora. Si los investigadores logran estabilizar los átomos de antimateria lo suficiente como para experimentar con ellos, los descubrimientos podrían ser tremendos.